"El señor y su confiable guardaespaldas ofrecieron a Aria su hospitalidad, dejándola hacer lo que quisiera dentro de sus tierras. Al principio, Aria desconfiaba de ellos, demasiado acostumbrada al terror de los mortales para aceptar ciegamente su amabilidad. Pero después de años de inquebrantable protección frente a los no-muertos, el legendario caparazón de ella gradualmente cedió.Después de que un encuentro con los asesinos de Orcanix acabó con la familia del Señor, decidió que ya no podía poner a nadie más en peligro con su presencia. Se encerró en su reino Primordial, pidiendo a sus guardianes que la llamaran sólo cuando estuvieran más desesperados. Su reclusión aseguraría que Orcanix nunca podría crearía un mundo completamente sin muerte. Y aún más importante, los mantendría a salvo a los dos.Ella tendría que acostumbrarse a estar sola otra vez."
"Aria, como todos los demás Primordiales, nació con la fundación de su mundo. Dotada de poder sobre la muerte, su deber era juzgar las almas mortales cuando pasaban a la otra vida. Con sólo un toque, podía vivir los mayores triunfos y los pecados más viles de cada persona, y con un golpe de su guadaña, podía apagar cualquier vida mortal que quisiera.Aria nunca pudo entender por qué los vivos le temían. A diferencia de otros Primordiales, ella vagaba a su antojo por el mundo mortal, desesperada por entender a aquellos que algún día juzgaría. Pero todos los que la veían huían corriendo, maldiciendo su nombre, suplicando a sus dioses que los protegieran del espectro de la muerte.Eventualmente, una Diosa respondió las plegarias de los mortales."
"Aria no recuerda mucho del primer Dios Verdadero de su mundo. Ella ha vivido mucho, mucho tiempo, y ha compartido demasiados recuerdos para mantenerlos todos en orden. Pero sí recuerda el día en que Orcanix llegó por primera vez. Fue el día en que se dio cuenta de que ella, también, podría morir algún día.La Diosa No-muerta le ordenó a sus hordas que cazaran y destruyeran al Primordial de la Muerte, que era la única potestad capaz de oponerse a ella. Aria suplicó a los mortales que le dieran refugio, pero todos la rechazaron, demasiado aterrorizados por los asesinos de Orcanix para arriesgarse a su ira.Sólo un hombre demostró ser lo suficientemente valiente para protegerla. Un noble señor del reino menor de Sanga, que previó la destrucción que estaba por venir."
N
"Sigilo Velóz"
"Llamada a Esbirro x2"
"Cosecha Sangre"
"Cura Sangre"
"Venganza Esbirro"
"Ataque+ Niv3"
"HP+ Niv3"
"Resistir Luz Niv3"
"Dominio Martillo"
"Auto Mori"