"En los siglos posteriores, Altaireon se empujaría a sí mismo más allá de lo que creía posible. Armado con los relámpagos y blindado con el viento, ningún enemigo podía enfrentarse a él. La batalla se volvió tan trivial que dejó de caminar por toda la tierra, prefiriendo volar solo y sin ser molestado. Sólo aterrizaría para enfrentar aquellos que creía que podían ser un desafío. Raramente lo eran.Sin embargo, él recuerda uno en especial. Un cazador mortal, de ojos salvajes y sediento de gloria, que lo derribó mientras rodeaba la cima de una montaña. Los dos lucharon ferozmente, y aunque Altaireon salió victorioso, el cazador esquivó un rayo para dar un último golpe con su daga. Tan impresionado quedó el dragón que le regaló al cazador una pequeña fracción de la tormenta, como una vez él mismo la había recibido. Entonces le pidió al mortal que se entrenara y volviera sólo cuando estuviera seguro de que podría quitarle la vida a un Señor de los Dragones.Altaireon no sabe si el cazador lo logró. Han pasado muchos años y no ha oído hablar de él. Pero sospecha que no tardará mucho.El corazón mortal no se rinde fácilmente."
"Cuando el Dragón Primordial de la Tormenta cayó en la primera batalla con el Eterno, murió demasiado rápido para elegir a su sucesor. Desesperadamente, dejó que una porción de su poder volara hacia el mundo, para elegir y crecer dentro de lo que pudiera encontrar. Fue imprudente. Podría ser un desastre si el poder del cielo cayera en las manos equivocadas. Pero no tenía otra opción.Sucedió que un polluelo salió de su cueva buscando comida. Había sido expulsado de sus hermanos, demasiado pequeño y asustadizo para llamarse a sí mismo un dragón. Si se hubiese escondido un momento más, podría haber muerto como un indigente, olvidado y sin importancia. Pero ese no iba a ser su destino.Altaireon salió al decubierto y el poder de la tormenta lo golpeó como un rayo."
"Durante muchos años, se resintió y temió sus nuevos poderes. Apenas podía controlar el trueno en sus venas, y lo que es peor, no había hecho nada para merecerlo. Pero después de un siglo de huir de las tormentas que lo perseguían, Altaireon decidió que no podía huir más. Erden pedía a gritos que un salvador rompiera el ciclo brutal del Pandemonium. Él no era digno de ser ese salvador... aún no. Pero podría llegar a ser digno. Se lo debía a los cielos que le concedieron tal poder.El joven Dragón Legendario afiló sus garras y se puso a trabajar.El éxito no llegó rápido. Una tormenta se resiste a ser domada por su propia naturaleza; si él no es digno, incluso un dragón se encontrará a merced de los vientos. Después de meses de esfuerzos infructuosos, Altaireon encontró un grupo de monjes mortales que vivían recluidos en las montañas. Aunque ellos no tenían poder propio, ni seguridad de la inmortalidad, buscaban cualquier perfección que pudieran alcanzar en sus vidas. Algunos escribían poesía, otros practicaban artes marciales. Algunos sólo meditaban desde el atardecer hasta el amanecer, reflexionando sobre la razón de la existencia. Estos no eran los cobardes mortales que Altaireon había visto surgir desde la caída de los dragones. Estos eran diferentes a los demás.Él se sometió humildemente a las enseñanzas de ellos, y aunque vivió para ver al más joven de ellos marchitarse y morir, no podría haber dominado el fragor de la tormenta sin lo que ellos le enseñaron."
N
"Ataque"
"Aturdir Dolor Azar"
"Drenar Tiempo"
"Asalto Desesperado"
"Sobreviviente"
"Resistir Martillo Niv3"
"HP+ Niv3"
"Ataque+ Niv3"
"Dominio Espada"
"Piel de Aturdir"