Hace mucho, mucho tiempo, el Hielo Eterno acababa de llegar a Belobog.
Cuando el suelo no estaba completamente cubierto de blanca nieve, los animales podían juguetear alegremente en los campos de los alrededores de la ciudad.
En un lugar que estaba muy, muy lejos de Belobog vivía un burro que quería ser músico.
Un día, su amo le dijo:
"Je, je, burrito, me has servido fielmente durante toda tu vida, ¿tienes algún sueño que te gustaría cumplir?".
El burro se puso muy contento al oír esto y pensó que su deseo por fin se haría realidad.
"Hi aaah, hi aaah, amo mío, ¡quiero ir al teatro de Belobog y ser músico!".
Su amo asintió con la cabeza:
"¡Un sueño muy bonito! ¿Qué tal si te ayudo a llegar hasta el mercado de Belobog?".
"Hi aaah, hi aaah, ¿el mercado? ¿Allí también necesitan músicos?",
respondió el burro.
Su amo se rio entre dientes y dijo:
"Je, je, je, ¡pues claro! Mañana por la mañana ven al patio trasero y ya verás, ¡no te quedes dormido!".
El burro empezó a pensar y recordó que muchos de sus compañeros animales no habían vuelto jamás después de ir al patio trasero con el amo.
En ese momento se dio cuenta de lo que le esperaba.
Así que tomó algo de forraje, se colgó las alforjas y se aventuró en la oscura y fría noche...