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Carbine corrió a esconderse detrás de las cajas que se utilizaban para guardar geomédula. "¡Se llevaron a Pawa!". No podía dejar de repetir mentalmente esa frase terrorífica, una y otra vez. "¡No deberíamos habernos metido en este asunto del tesoro de Drake!". Los lamentos no traerían a Pawa de vuelta, así que Carbine tenía que pensar en algo.
Becky puso la mano en el hombro de Carbine para intentar tranquilizarlo. Hacía solo unos días estaban comiendo panqueques del sol y pensando cómo pasar las vacaciones; ahora estaban involucrados en una conspiración inesperada. ¿Por qué querían el tesoro los que habían participado en la reunión? ¿Dónde estaría la trampilla de Drake? ¿Qué iban a hacerle a Pawa? No tenía respuesta para ninguna de esas preguntas.
"¡Un momento!", dijo Becky mientras tomaba un trozo de papel. Tenía el mismo pautado que el que usaban en el colegio, lo que significaba que lo había dejado Pawa. "No hay nada escrito y está pegajoso".
"¿Pegajoso? ¿Será la tinta invisible de Pawa?". Carbine recordó las cosas que había inventado en la base secreta y que una vez había utilizado tinta invisible. Si el texto estaba escrito con agua salada, solo había que calentar el papel para verlo; si se había escrito con una vela blanca, necesitaban un poco de polvo de carbón... "¡Déjame probar!".
Efectivamente, había un mensaje secreto en el papel. Carbine lo acercó a una lámpara y vio cómo aparecía una línea de texto fragmentado.
Solo eran unas cuantas palabras sueltas, lo que no era de extrañar, ya que Pawa no podía ver lo que estaba escribiendo, así que tenía que simplificar y dejar espacio entre las letras. Becky pensó por un momento y se dio cuenta de que Pawa les estaba dando pistas sobre la trampilla de Drake.
"Las cajas son las llaves. ¡Abrir la trampilla no podría ser más fácil!", dijo Becky con una sonrisa.
Estimado lector, ¿qué tiene que hacer Becky para abrir la trampilla?