Archivum Honkai: Star Rail

Sobre lo divino: los Árbitros

...
...

Señor Arquero del Destino

El Señor de la Vía de la Cacería. Lo conocemos como Lan, Dios del Arco Celestial.

Rara vez se aparece frente a mortales, y los únicos indicios de su presencia son los vestigios de la flecha luminosa que atraviesan el cielo. El Señor Arquero persigue incansablemente a las abominaciones inmortales creadas por Yaoshi, la Abundancia.

El Señor Arquero del Destino apareció por primera vez alrededor del año 3400 del Calendario Estelar, cuando su flecha luminosa rompecielos cortó el Árbol de la Ambrosía de la Abundancia. A partir de ese momento, los nativos de Xianzhou se libraron del caos, la locura y el declive. También significó la formación de la Alianza.

Hasta el día de hoy, uno de los deberes principales de la Comisión de Adivinación es monitorear el decreto de la flecha del Señor Arquero e interpretar su significado.

Señor Construyecielos

El Señor de la Vía de la Conservación, también conocido como el Señor del Ámbar, y el Dios del Muro Celeste que la Corporación para la Paz Interastral llama Qlipoth.

Los registros observacionales sugieren que el Señor del Ámbar se esfuerza por aislar unos planetas de otros. La estructura de tamaño celestial que construyó, la Barrera Cristalina Subespacial, separa y protege todos los mundos. Según los registros de alrededor del año 1000 del Calendario Estelar, las nueve naves iniciales de Xianzhou partieron por primera vez en su arduo viaje y vieron la poderosa barrera que separa el mundo del vacío infinito: el Muro Celeste Equidna.

Pero contrariamente al acto de separación, la principal facción devota del Señor del Ámbar, la Corporación, facilitó el comercio civilizado y el contacto entre las estrellas con su flota, la más grande de todo el universo. Como un gigante silencioso, Qlipoth les permitió comerciar y emigrar tanto que un Emanador de la Conservación apareció en la Corporación. A pesar de que sus acciones van en contra de los deseos del Eón, no hay aún protestas o censuras. Realmente esto es un motivo para la reflexión.

...
...