"La existencia es la nada". Cuando un ser tiene este pensamiento y lo toma como lema, se encamina milagrosamente por la vía regida por IX y recibe su mirada sin sentido desde algún lugar del vacío lejano. Esta mirada suele conducir a dos finales: 1) El ser se siente abatido y se convierte realmente en un ser de la nihilidad conocido como Autodestructor; o 2) El ser queda cautivado por la magnificencia del Eón, se despierta su curiosidad y se convierte en un Doctor del Caos.
Los Doctores del Caos defienden que intentan salvar al mundo: si pueden demostrarle a IX que la existencia no equivale a la nada, podrán liberar su alma enorme y solitaria de las profundidades del vacío. Lo que intentan hacer es paradójico e inalcanzable, pero los Doctores del Caos disfrutan con ello. En el momento en el que perciben la inutilidad de la vida, una mirada desde la galaxia distante inspira una resistencia inútil contra su destino.