7 de septiembre
Estaba deambulando cerca del Sánctum de la Exaltación cuando vi a un baladiano vendiendo cosas en la calle. Me acerqué y descubrí que era una mascota.
El animal que vi parecía un gato doméstico, pero más pequeño. Estaba acostado en un tapete dentro de una jaula de bambú, ronroneando y maullando con ternura. Sin embargo, desde que el Árbol de la Ambrosía echó raíces, la mayoría de las personas de Xianzhou prefieren mascotas grandes y fuertes. Le pregunté al baladiano por qué este animal era tan pequeño y si alguien había querido comprarlo.
Dijo que es cierto que a la gente de Xianzhou le gustan las mascotas grandes y fuertes, pero también hay gente que ama los animales pequeños y delicados. Cuando vio el brillo en mis ojos, pensó que yo era una de ellas. ¿Tal vez era el destino? No me pude negar.
También dijo que ese pequeño animal se llama grimalkin y era una de las especies que los ancestros de Xianzhou tenían en la Era del Antiguo Imperio. El fuerte gato doméstico de Xianzhou que conocemos hoy en día proviene del pequeño grimalkin. Esto coincide con los viejos textos que he leído. Sin embargo, el grimalkin ha estado extinto por muchos años. Eso me hizo sospechar y le pregunté dónde lo encontró.
El cantante me juró que, aunque los grimalkin están extintos en Xianzhou, los crían en otros planetas. Ese animal era un auténtico grimalkin blanco común, sin modificaciones genéticas, y tampoco era una especie invasiva, así que podía estar tranquilo.
¿Cómo no iba a cuidar de un animalito que lleva años extinto para ayudar a que continúe su linaje? ¿Especialmente, después de acariciar esas tiernas patitas?
Al final, le pagué una buena suma de dinero por el grimalkin, lo bauticé como Mimi y me lo llevé a casa. Lo malo es que trabajo mucho en asuntos oficiales y casi no tengo tiempo para cuidarlo. Después de pensarlo, Qingzu debería encargarse de darle de comer y cambiarle el agua.