Una vez contemplé la cumbre nevada.
Los manantiales del deshielo no habían llegado hasta el prólogo,
pero el firmamento nocturno muestra los ojos de otros.
Las nubes envuelven al cantero de la aldea
y los viajeros curiosean el pasado del Ámbar.
El viaje de mi corazón
es la peregrinación de mi alma.
Una vez contemplé la cumbre nevada.
En los días en que Boreas tomaba prestada mi voz,
la tierra y las aves quedaron en silencio.
Todos ustedes verán la espina dorsal del mundo en las vetas de las minas,
sobre las estrellas y bajo la hoguera.
Forjando recuerdos en nombre del herrero,
con un significado obtenido del fuego supremo.
Yo excavo madrigueras y tú construyes muros.
Yo excavo madrigueras y tú construyes muros.
Algún día, los muros caerán.
Algún día, las lágrimas caerán.
El final está grabado en las llanuras distantes.
Estoy esperando a que este poema se apague,
a que las cimas nevadas cierren los ojos,
a que caigan las flores.