¿Encuentro de científicos? ¡No son más que un montón de idiotas!
No puedo más. ¿Por qué estoy perdiendo mi preciado tiempo con estas personas? Ocho de diez hablaban de maquinaria de movimiento perpetuo. ¿Es que sus cabezas están hechas de paja? Más de diez me contaban que habían descubierto la energía eterna. ¿Es que no habían leído un libro antes? Solo decían tonterías. Cada uno de ellos se presentaba como un gran físico... Ja, ja, ¿cómo se atreven? Ninguno de sus inventos era fiable. O fabricaban máquinas de movimiento perpetuo, o de conversión de agua en geomédula. Me avergüenza haber estado con ellos en la misma habitación. Pero no podía irme, tenía que aguantar hasta que fuera mi turno de compartir mi informe...
Un estúpido intentó conversar conmigo y afirmó que era la reencarnación de Erwin. Le encantaba añadir su nombre a todas las cosas. ¡Qué poca vergüenza! ¿Qué es eso de Ciclo del Vacío Cero de Terry? Y lo peor de todo, es que tenía que fingir ser amable. De verdad, qué asco. Había otro que era un presuntuoso barbudo, no recuerdo ni cómo se llamaba, que decía ser el hijo de no sé qué científico famoso fallecido, y que su padre había escrito antes de morir «La verdadera comprensión del mundo científico», un libro en el que se explicaba cuál era la pura verdad del mundo científico, y que todas las reglas físicas actuales eran erróneas. Me regaló el libro sin aceptar objeción, y lo tiré nada más salir de ahí. Fue una humillación a mi inteligencia.
Nunca volveré a ir a un encuentro de este tipo. Ahora solo queda esperar a que me contacten los inversores, espero que tengan un poco de cabeza. En toda la sala, era el único que de verdad sabía de ciencia. Si esto no funciona, no tendré más remedio que criticar a la comunidad científica en los periódicos.