El gasto en comida se está volviendo inasumible. Pensé que debía haber una forma de arreglarlo, así que traje a un sanador de la Comisión de Alquimia para que revisara a Leo Pisanieve (lo siento, Qingzu, no se me da bien poner nombres). La consulta con el sanador no sirvió de nada y sugirió que hiciéramos algunas pruebas genéticas, a lo que accedí. Los resultados concordaban con su dieta. Tal y como esperaba, no era un grimalkin, y mucho menos un gato doméstico.
Era un león. Por eso le cambié el nombre de Mimi a Leo Pisanieve.
Sin embargo, su comportamiento de grimalkin no cambió en absoluto. Siempre que Leo está suelto (por lo general es así), araña las cortinas de seda, rasga el fieltro o se atiborra de su hierba gatera especial. Por supuesto, no puedo subestimar los esfuerzos de Qingzu. Lo adiestra muy bien, pero por desgracia suele interferir en los asuntos oficiales.
Dejando eso de lado, la prioridad es buscar una forma de no gastar tanto en comida. Me temo que eso me tomará un tiempo.