El lagarto cristalizado es un reptil de sangre fría que vive en las minas. A medida que madura hasta la edad adulta, sus escamas coriáceas producen un cristaloide cuyo color varía según la región, la temperatura y la salud del lagarto. Los expertos han señalado que los lagartos cristalizados expulsan geomédula y otros minerales por sus glándulas salinas a través de la presión osmótica de su cuerpo. El cristaloide es un subproducto de la regulación del equilibrio osmótico de los fluidos corporales.
La aleatoriedad del color del cristaloide provocó que apareciera una gran cantidad de coleccionistas dispuestos a pagar precios exorbitantes por lagartos cristalizados salvajes de color raro. Esto causó un desequilibrio ecológico en las minas. En el pasado, varias plagas del Bajomundo se relacionaron con la disminución del número de lagartos cristalizados. En respuesta, Belobog prohibió la caza de lagartos cristalizados salvajes.
Los alcaloides en el fluido corporal del lagarto cristalizado se usan a menudo en productos farmacéuticos. Este fluido se puede disolver en agua y utilizarse en forma de aerosol. Al aplicarlo en un paciente, las gotitas alcanzan los alvéolos pulmonares a través del tracto respiratorio superior y ayudan a expulsar el polvo mineral de los bronquios, evitando que el polvo entre en el intersticio y los ganglios linfáticos. Sin embargo, los científicos aún no entienden cómo funciona este proceso. Por consiguiente, es común que los doctores del Bajomundo críen lagartos cristalizados, pero estos no tienen ningún valor para los coleccionistas.
La salamandra devoramédula es un anfibio que vive cerca de fuentes de agua subterránea. Tiene escamas plumosas de color blanco y rosa. Su oído y olfato altamente desarrollados compensan su mala visión. Puede sobrevivir indistintamente tanto en la tierra como en el agua. Según el Equipo de Desarrollo de Geomédula, por razones desconocidas siempre se encontraban poblaciones de salamandras devoramédulas cerca de las minas grandes, así que la gente dedujo que se alimentaban de geomédula, de lo cual vino su nombre.
Los biólogos han señalado que las salamandras devoramédulas viven en un entorno carente de alimentos. Este entorno complicado las llevó a evolucionar hacia organismos con un metabolismo y una capacidad antioxidante superiores. Son capaces de sobrevivir sin comida hasta diez años, debido a su metabolismo lento y sus movimientos limitados. Sin embargo, es científicamente razonable suponer que podrían sobrevivir más de quince años sin alimentarse. Por lo tanto, los expertos creen que es más probable que sus hábitos de alimentación sean difíciles de observar, en lugar de sacar la conclusión de que se alimentan de geomédula.
Por naturaleza, las salamandras devoramédulas temen a los humanos y viven lejos de ellos, en zonas oscuras y húmedas. No suponen una amenaza para los humanos.
Los insectos funerarios son una subespecie de coleópteros que se encuentran normalmente en cuevas subterráneas. Pueden medir hasta
Parece que los insectos funerarios que observan un cadáver estuvieran asistiendo a un funeral, de ahí su nombre. Algunos biólogos han sugerido que sus hábitos únicos pueden estar relacionados con criaturas que apenas se mueven, como las salamandras devoramédulas. Si juzgan mal a la presa, podrían convertirse en presas ellos mismos. Los insectos funerarios son una parte muy importante de la ecología subterránea, ya que descomponen los cadáveres y las heces de una amplia gama de animales. También se encuentran comúnmente en cementerios y cuevas de murciélagos.