En una Era del Ámbar, la Estación Espacial Herta le dio la bienvenida a un fatídico investigador que prometió que dedicaría el resto de su vida en la Estación Espacial a encontrar resultados científicos únicos. Por desgracia, el "resto de su vida" duró mucho más de lo esperado, tal vez hasta la eternidad.
No sabemos qué clase de accidente tuvo en ese entonces durante sus experimentos, pero podemos confirmar que ese "accidente" fue un prerrequisito para lo que pasó después. Para deducir lo que pasó, tal vez sea necesario poner un poco de imaginación. Quizás había un objeto raro capaz de hacer proyecciones mentales, o tal vez el proyecto en el que estaba trabajando era sobre proyección mental. Presionó el botón con expectación, pensando que la información que deseaba aparecería en la pantalla, pero lo que no esperaba era que fuera a comenzar una tragedia.
Los registros del Departamento de Seguridad muestran que, entre todos los accidentes que han ocurrido en la Estación Espacial, muchos investigadores han muerto, pero nunca ha habido un caso claro en el que un investigador simplemente desaparezca. Pero eso fue lo que pasó, su cuerpo desapareció, y nadie sabe a dónde fue. Además, nadie pudo documentar sus experiencias. Tal vez hasta el día de hoy, aún queda una sombra suya en el polvo de la Estación Espacial. ¡Qué cruel giro del destino! Completó el último paso de su experimento en solitario y su mente se proyectó por completo en un objeto.
Imagínate, ¿qué sentirías si solo pudieras observar lo que pasa delante de ti, pero no pudieras interactuar ni hacer lo que piensas? La respuesta: ¡es una tortura! La mente está atrapada en una prisión, pero ¿qué representan esos pensamientos? ¿Qué clase de receptáculo puede cargar con pensamientos sin forma? Nadie lo sabe.
Sin embargo, esto arroja una sombra en la Estación Espacial. ¿A quién le gustaría tener una taza llena de pensamientos humanos negativos en vez de un café caliente?
Un investigador dijo que escuchó ruidos extraños cerca de la puerta de seguridad del departamento. Describió el ruido como unos "continuos lamentos estridentes", como el llanto de una criatura extraña. Mi asistente y yo terminamos rápidamente la entrevista y la investigación para visitar la misteriosa puerta de seguridad ruidosa. Sin embargo, la situación fue lamentable para todos. No encontramos ningún fenómeno sospechoso, ni ninguna prueba que sostuviera la teoría de la proyección mental. Tras continuas investigaciones, al fin encontramos a un solitario buabuabó que no dejaba de emitir sonidos cerca de la puerta de seguridad. Pero uno de los investigadores, debido al cansancio, pensó que era un llanto, lo que eventualmente nos llevó a esta búsqueda inútil.
El autor por este medio pide: ¡Las historias de fantasmas se deben desmentir y se debe de moderar el trabajo! ¡Hasta la próxima!