Los Bufones Enmascarados cuentan una parábola sobre el nacimiento del Eón al que adoran. Cuando el Eón de la Exultación se subió a la rama más alta del Árbol de la Existencia, vio el vacío frío y despreciable, los astros que funcionaban mecánicamente y cómo el sentido de todas las cosas se rendía ante la nada. Siguió mirando, hasta que vio a un bebé que caía al suelo y lloraba como si lo hubieran ofendido, y no pudo evitar reírse a carcajadas. Esta risa retumbó por todo el universo y sigue resonando por todas partes hasta el día de hoy.
Los Bufones están convencidos de que la verdad del mundo es solo una broma, y que el sentido definitivo de todas las cosas reside en la mera risa. El universo es despiadado, pero la alegría elimina el dolor, diluye la tristeza, resiste la nihilidad y cura las heridas. La risa, el don de las razas inteligentes, es la única respuesta.
De entre todos los seguidores de la Exultación, la ideología de los Bufones Enmascarados es particularmente radical. Hacen todo lo posible por encontrar el placer y a menudo causan problemas dondequiera que vayan. Se ríen de la superioridad moral de los héroes, de las ansias de poder de los reyes, del encaprichamiento de los enamorados, de lo demasiado que piensan los sabios... Su objetivo es agitar el agua estancada de la vida para crear turbulencias y cambios, y en ese momento es cuando están más alegres. No estaría nada mal que alguien cambiara las tornas y se burlara de ellos.