Especie intergaláctica: inorgánica n.º
Nombre de la especie: tottónido
Otros nombres por los que se la conoce en la galaxia: gigante eléctrico, poliedro reluciente, piedra que respira
Clasificación: reino inorgánico; clase: silicio; orden: monotéctico; familia: petragigas
Resumen de la investigación:
El planeta natal de los tottónidos sufre constantes tormentas catastróficas.
Se dice que los tornados que lo atraviesan arrasan todo a su paso. Solo las formas de vida más fuertes y resistentes son capaces de sobrevivir.
Esta especie se presenta como un cristal traslúcido con un módulo lógico interno llamado monotéctico de pensamiento. Los individuos de esta especie se comunican entre ellos emitiendo señales eléctricas mediante este órgano.
Se desconoce su idioma, su ideología y su historia.
En la era de la Guerra de los Mechas, los tottónidos fueron los leales esbirros de los mechas.
Tras su derrota, los tottónidos fueron exterminados por las criaturas orgánicas y se extinguieron.
Tras su muerte, los tottónidos se convierten en minerales y las enfermedades que hayan tenido se manifiestan como manchas de color sobre el cuerpo.
De esta manera, el planeta Totton se convirtió en un mundo pedregoso arrasado por las tormentas.
Cuando la guerra terminó, lo único que quedaba entre los vientos silenciosos era una corona que simbolizaba la historia de la monarquía.
Objetos raros relacionados:
Peso insoportable
Un objeto raro almacenado en la Estación Espacial. Su apariencia es la de una corona con incrustaciones de cristal.
Es la corona imperial de las formas de vida basadas en el silicio del planeta Totton. Es un fósil viviente de la historia de la monarquía.
Se dice que, cuando moría un emperador tottónido, su módulo lógico se incrustaba en esta corona de laureles compuesta por los módulos lógicos de los emperadores anteriores.
Los tottónidos creen que esta corona proporciona la sabiduría de generaciones a sus gobernantes.
También es el motivo por el que los dirigentes tottónidos siempre son más grandes, pesados y hermosos de lo habitual.
En las últimas Eras del Ámbar, algunos académicos han sostenido que, en realidad, la corona guarda células básicas y recuerdos de la raza de los tottónidos.
También creen que exponer la corona a la luz de la luna les permitiría rozar la historia secreta de estos seres.
Con una chispa de vida de ese Eón, esta especie perdida podría volver a renacer.