Archivum Honkai: Star Rail

[Grabación] Obra teatral: El progenitor de las calamidades se prepara para saldar viejas deudas y el tonto corta el cuerpo divino con una espada

(La cinta está insertada en un reproductor impecable, es evidente que los investigadores lo han limpiado diligentemente.
Al pulsar el botón de reproducción, el sonido de una cinta magnética al ralentí se escucha en el profundo silencio.
De repente, el mazo del narrador golpea y el abanico silba mientras una narración cantada llega desde lejos).

En el reino de los ancianos, el sol vuela y la luna se arrastra, y nada sobrevive donde la pena divina barre.
Solo, la luz divina separaré, y atravesaré el eclipse empíreo.

Hoy vamos a hablar de una historia: El progenitor de las calamidades se prepara para saldar viejas deudas y el tonto corta el cuerpo divino con una espada

Los que están aquí deben saber que entre esta galaxia de mil estrellas
hay eones a los que no les importa el mundo y se esconden entre sus tierras de paz,
y los siete que inspiran a sus insensatos seguidores.
En las oraciones murmuradas de estos seguidores, el nombre de la Destrucción se escucha a menudo.
El poder divino de los cielos deshechos y la tierra devastada que contiene la palabra debe guiar a los seguidores que habitan en la violencia.
Como si se tratara de un enjambre de insectos o de un eclipse de sol, esta es la legión ante la que retrocede la galaxia,
la personificación de la Destrucción: el Autor de la Ruina.
Alguien exclamó: "¿Autor de la Ruina? ¿Qué es eso?".
Otro respondió en voz baja: "¿Es una palabra codificada? Parece relacionada con la Legión".
Otra persona respondió: "El Sr. Cuentacuentos es de Xianzhou, debe ser su argot para...".
Por supuesto, en la mayoría de mundos, también se le llama Nanook.

Se dice que esta legión utiliza los agujeros negros como su caldera, las energías Yin y Yang como su carbón, y todo lo demás como su cobre.
Bajo el mando del Autor de la Ruina y su seguidor, el Monarca de la Extinción, la Legión busca la purificación de las estrellas muertas y frías.
¿De dónde vienen? La respuesta es el Diluvio Cósmico.
¿Con qué propósito actúan? No lo sabemos.
Me lamento, porque el poder del Autor de la Ruina es insuperable y de gran fuerza;
me enfado, porque todos los que se enfrentan a ellos buscan también cumplir su propia agenda egoísta.

Al enfrentarse a unas fuerzas galácticas imbatibles, el Verdugo finalmente recordó
su mundo natal, gobernado por un poder fuerte pero injusto...
Reunió un ejército de miles de soldados del Vacío para exigir una respuesta de su pasado.
Por desgracia, se encontró con un tonto sin apellido que defendía el portal.
El tonto blandía un estoque con una fuerza extraordinaria y esquivaba de una forma muy hábil,
como un pez resbaladizo en un estanque o una estrella fugaz que pasa en un suspiro.
El Autor de la Ruina luchó contra el tonto durante siete días y siete noches
hasta que un icor dorado terminó saliendo de su cuerpo divino.
Ese es el origen de esa herida que no se cierra.
Alguien del público grita: "¡¿En serio?! Esto es para burlarse de los investigadores nuevos, ¿no?".
Un miembro del Departamento de Seguridad lo interrumpe: "¡Cállate y deja que el Sr. Cuentacuentos termine!".

En un instante, el tiempo y el espacio se dieron la vuelta y las estrellas perdieron su brillo,
porque el Autor de la Ruina se fue con su herida y su legión se dispersó.
¿Cómo iban los observadores del resto de la galaxia a quedarse quietos y mirar el espectáculo?
Así que el icor dorado se convirtió en el objeto de deseo definitivo.
Algunos querían robarlo para destilar licor infusionado con icor.
Otros querían destruirlo para debilitar el poder de la Legión.
Una persona comenta en voz alta: "¡Eso es, sí! ¡Yo he oído eso antes! Se rumorea que en una taberna de algún rincón de la galaxia se sirve ese licor. ¿Cómo se llamaba? Eh...".
Otra persona responde: "¿Bloody Mary?".
Alguien comenta: "Uf, qué malo".
La primera persona por fin lo recuerda: "¡Se llama Exterminio Violento!".
Alguien responde: "Guau, ¡suena genial!".

En cierto momento,
un clamor siguió al incidente.
El tonto se fue, riéndose, y todos volvieron a sus vidas ajetreadas.
Entre quienes consiguieron una parte del icor dorado,
uno venía de nuestra Estación Espacial, el Paseante Nocturno.
A su regreso, muchos investigadores lo felicitaron y lo admiraron, pero tras las cortesías,
su personalidad cambió. Se estaba gestando un gran problema...
¡Continuará! ¡Vuelvan el próximo día para saber cómo continúa!
Se oye un escándalo en la sala:
"¿Ya está? ¡No es suficiente!".
"No lo vas a relacionar con la invasión de la Legión Antimateria, ¿verdad? ¿Resulta que al final era una fantasía realista?".
"¡Cállense y paguen al Sr. Cuentacuentos, vamos!".
"¿Cómo va a continuar? ¡No es más que una sarta de tonterías que empezó bien y va empeorando cada vez más! ¡Yo me largo!".