(El último volumen, el VI, está escrito con una caligrafía esbelta y elegante y parece haberse añadido posteriormente).
El dueño del restaurante vio que los cuatro músicos estaban en una situación difícil y empezó a acariciarse la barba. Enseguida se le ocurrió una buena idea:
"No importa si no tienen dinero. Si nos ofrecen una buena actuación, ¡podrán disfrutar de un banquete!".
Al oírlo, los cuatro amigos se dieron cuenta de que esta era la oportunidad perfecta para hacerse famosos.
Rápidamente aceptaron el trato.
Los clientes que estaban en el restaurante dejaron de comer y miraron expectantes a los cuatro animales que estaban en el centro de la sala.
¡Por fin estaban en un "escenario"!
Pero no tenían ningún instrumento, ¿cómo iban a tocar?
Al final, al más inteligente de todos, el gato negro, se le ocurrió una idea. Se aclaró la garganta y comenzó a rapear:
"¡Miau, miau, miau, chequirau, el Hielo Eterno está aquí y no podemos salir!".
"Hambre tenemos y queremos comer, con este rap nos haremos de querer".
Los otros tres animales enseguida entendieron lo que pretendía hacer. El burro se puso a patear el suelo con los cascos y el perro y el gallo imitaron los sonidos de tambores y platillos con la boca para acompañar al gato.
Todos los espectadores estaban muy sorprendidos. Nunca antes habían escuchado una música así, pero el ritmo animado los atraía enormemente.
Al dueño del restaurante también le gustó mucho e invitó a los músicos a un gran banquete, como había prometido.
A partir de ese momento, la fama de los cuatro amigos se extendió por todo Belobog.
Incluso recibieron una invitación de la Guardiana Suprema para rapear en el Teatro Dorado.
Los cuatro músicos hicieron su sueño realidad en Belobog y vivieron felices para siempre. Esta forma artística conocida como rap se popularizó hasta el día de hoy y las familias del Bajomundo siguen escuchándolo.