Para los forasteros, Xianzhou es un lugar lleno de misterios, y las historias legendarias sobre el sector manufacturero son muy conocidas.
Pero la realidad es que la cadena de montaje industrial de la Comisión de Artesanía no difiere mucho de las que se encuentran en cualquier otra civilización. Las únicas partes que pueden describirse como misteriosas son la lentitud del metabolismo de la gente de Xianzhou y el hermetismo de la comisión frente al mundo exterior, lo que hace que algunas de sus costumbres sean bastante anticuadas.
Recuerdo lo mucho que me desconcertaban las exageradas particularidades de las costumbres de Xianzhou cuando recién había llegado. Creo que la mayoría de los foráneos que vivió en Xianzhou sabe a qué me refiero. Para empezar, lo que me desconcertó, sin duda, fueron las creaciones de la Comisión de Artesanía.
Lo único que quería era comprar algún dispositivo de iluminación portátil que pudiera incluir en mi equipamiento de emergencias. Recorrí todos los estantes de la tienda, pero no encontré lo que buscaba. Cualquier tipo de linterna básica hubiera servido. Solo quería un pequeño dispositivo con un diseño que se haya mantenido básicamente igual desde tiempos ancestrales hasta ahora, uno que se pudiera encontrar en cualquier parte y que emitiera luz en emergencias.
Al final, encontré la linterna más "normal" de Xianzhou con la ayuda de un empleado de tienda.
La Comisión de Artesanía creó esta linterna basándose en la forma de un pez, con una estructura abierta en el vientre que emite luz. Esta linterna también puede emitir luz de intensidad variable y en distintas direcciones. Al agarrar el mango ubicado en el dorso del pez, me surgieron varias dudas. La gente de Xianzhou al parecer creía que este era un dispositivo "normal" para iluminar. Pero dicho producto me parecía tan complejo y sofisticado que hasta me atrevería considerarlo una obra maestra de arte entre las linternas.
Poco después de comprarla, comencé a coleccionar estos dispositivos "normales" creados por la Comisión de Artesanía. Luego, enviaba mis hallazgos a la Sociedad del Conocimiento para que los investigaran. A juzgar por los informes que me enviaban, la mayoría de los académicos no comprendía esta tradición de hacer objetos exageradamente elaborados.
Un informe en particular me sorprendió particularmente. El autor escribió: "La destreza puesta en esta pequeña criatura metálica es excelente. Es difícil imaginar cómo lograron crear un módulo móvil tan preciso, pero tan pequeño. Lo que llama mi atención es que este dispositivo no requiere ninguna fuente de energía interna. Solo requiere energía eólica para encenderse. Sin embargo, hay algo que aún me desconcierta. ¿Cuál es el propósito de este dispositivo? Quizá esté relacionado con la campana que está en el vientre de la criatura".
Mi pobre colega estaba completamente abrumado por la suntuosidad de la destreza de la Comisión de Artesanía. A decir verdad, el autor del informe no estaba del todo equivocado. La "pequeña criatura metálica" efectivamente actuaba como campana. La gente de Xianzhou las usaba como timbres o para colgarlos en sus jardines a modo de ornamento. Eso es todo.
No queda duda de que la práctica de agregar cualidades ornamentales a objetos ordinarios (a veces, las decoraciones se hacían con mayor detalle que el objeto en sí) se origina en una antigua tradición de Xianzhou. A nosotros nos puede parecer que pasó una eternidad desde que partieron de su planeta natal, pero, para ellos, apenas si pasaron algunas generaciones desde que alcanzaron la inmortalidad.
Así que, aun si esta tradición del viejo mundo perdió su sentido práctico, todavía actúa como una memoria colectiva, transmitida de generación en generación.
La Comisión de Artesanía en particular valora dicha tradición, lo que se percibe en su extenso interés en distintas ceremonias.
Solía celebrarse una ceremonia con la fabricación del primer producto en una línea de ensamblaje nueva. También se hacía cuando se fabricaba el último producto de una línea de ensamblaje que iba a quedar fuera de servicio. Hay una ceremonia al estrenar tiendas nuevas y también para los talleres viejos que se declaran en bancarrota. Puede que la Comisión de Artesanía no profese más fe que la que tiene en su propia tecnología, pero eso no atenúa su pasión por las ceremonias.
La Comisión de Artesanía suele convertir hasta los más ínfimos objetos en obras de arte absolutamente alucinantes. Es por eso que tengo la convicción absoluta de que debemos seguir investigando las técnicas de la Comisión de Artesanía para obtener beneficios a largo plazo.