(A juzgar por las hojas arrugadas y despegadas de la libreta, su dueña la leyó repetidas veces).
(El contenido anterior se ha eliminado)
Asistí por primera vez a la reunión de intercambio del servicio doméstico de los Pabellones Celestiales. No sabía que existía tal encuentro. Ahora sé que puedo pedir a otros empleados domésticos que me sustituyan cuando no pueda trabajar y luego devolverles el favor cuando lo necesiten.
Anoté las direcciones y datos de contacto de otros empleados domésticos, así como su disponibilidad.
Escuché de otros empleados domésticos que sus jefes les dijeron que esperan que traten a sus hijos como los suyos propios.
Cuando tu jefe dice eso, tu respuesta debe ser "sí".
Luhui aún no me ha preguntado eso. Si lo hace, no sabré qué responderle porque no tengo hijos.
También me contaron que debíamos tomar con pinzas las palabras de nuestros jefes. Si de verdad trataran a los hijos de sus jefes como a los suyos propios, los dejarían jugar solos, les darían de comer lo que quisieran y los regañarían cuando se comportasen mal. Los empleados domésticos no pueden tratar así a los hijos de sus jefes.
Los jefes solo quieren oír que quieres a sus hijos.
En resumen, hay que responder que cuidarás a sus hijos como si fueran tuyos.
Con respecto a esto, el joven amo se portó mal en la escuela y quería que yo asistiera a la próxima reunión de padres y maestros. Debo guardar este secreto.
El maestro me pidió que dejara un número de contacto, pero como no tengo uno, le di el contacto de la Srta. Luhui.
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Cuando la Srta. Luhui me diga que recibió el mensaje del maestro, iré a la reunión de padres y maestros.
Aún no le he contado esto al joven amo. Tengo que acordarme de decírselo la próxima vez.